Mostrando entradas con la etiqueta Integridad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Integridad. Mostrar todas las entradas

lunes, 13 de diciembre de 2010

Involuciona

La tecnología avanza rápidamente. Tanto que se desliza por nuestro tiempo casi imperceptible para Algunos y Algunas. Parece que los que no conocemos la terminología telemática no estamos al día. Y de Palabras Nuevas vamos a tratar aquí.

Ciertos motes se utilizan poco por desconocimiento. Aunque formen parte de nuestra participación en la vida, no sabemos que ya tiene una denominación, una definición…Un Porqué.
Al cambiar tu vocabulario te acercas o te alejas de ciertas conductas.

Utilizar palabras soeces o expresiones malsonantes te aleja de Personas Sensibles a este efecto. El aprovechar tecnicismos te aleja de personas con conocimientos más sencillos. Los gritos, insultos y demás te acercan a otros comportamientos afines, etc.

Hablar de Emociones…sencillamente no lo hacemos. Las razones pueden ser varias empezando por la creencia de que hacerlo significa abrirse demasiado hacia los demás (¿demasiado?). Demostrar lo que verdaderamente sentimos (¿ser verdaderos?) implicaría redimirnos ante Otros y Otras (¿debilidad?). Manifestar abiertamente si corre sangre o horchata por nuestras venas puede ponernos en evidencia (¿Excentricismo?). El Contacto físico puede dar lugar a “malas interpretaciones” (¿y por qué “malas”?).

¿Eres Libre, entonces? ¿Qué crees que te pasaría si te expresaras tal y como te sientes?

Te invito a vivir tus emociones, todas ellas. Alguien me dijo: “Si las dejas, van y vienen”. Te conmino a Sentir. Este sí es nuestro Futuro. Cuando hablamos desde el corazón tenemos una increíble capacidad para motivar a los demás. Nuestros gestos van en congruencia con nuestras palabras. Nuestra mirada y énfasis son guiados en la misma dirección sin esfuerzo. Transparencia
El Corazón presta muchísima atención a las sentimientos de los demás y si los tenemos en cuenta generamos Empatía. 

La mejor arma es la Sonrisa, la que sale del Alma, la que quieres Ofrecer para que los demás se sientan bien y te hace sentir bien a ti. Alimentará tu corazón en una especie de danza complaciente y benévola junto al resto de los mortales. Permite la entrada a tu enciclopedia verbal de las palabras que te acerquen más a tu Naturalidad. Cada Particularidad tuya define tu Estilo, tu Marca Personal.

Añade cada una de las emociones que sientas durante el día, forman parte de tu sabour fair. Grava las que quieras repetir a la mañana siguiente, compártelas y recibirás más de lo mismo. ¡Alucinante!

Recuerda que lo que siembres dará lugar al fruto que recojas o, como diría mi Madre: “De’s teu pa faràs ses teves sopes”. ¿Qué quieres conseguir?

Tú primero

miércoles, 20 de octubre de 2010

Y...¿Qué fue de la Paciencia?

Puede que en su día no lo entendiera bien. Cuando alguien me decía: “paciència…”, se refería a “resignación”. Yo demostraba cómo me sentía por algo que me había pasado y la respuesta era: “paciència.

No había forma de rebatir algo así. Es algo de lo que me acabo de dar cuenta, claro. Automáticamente le restaba importancia al acontecimiento que en principio era de vida o muerte. Aprendí entonces a aceptar que no todo dependía de mí o que no era substancial.

En mi lucha infantil por entender lo llevé al otro extremo. Implicaba quedarme planchada (de morros) sin saber por qué. Me faltó la segunda parte.

He crecido impaciente por conseguir lo que quería en cada momento y cuando no lo lograba me invadía una especie de resentimiento, una resignación previo enfado y el resultante cambio de objetivo. Vamos, que me movía mucho y en muchas direcciones sin saber exactamente adónde iba.

Confirmado, lo entendí mal. Sin embargo, el significado que tiene hoy para mí no es mucho más alentador que el de antaño ya que lleva intrínseca la incertidumbre.

Me explico mejor: Si por obligación tengo que tener paciencia me supone esperar y esperar me impacienta, por lo tanto deduzco que no he avanzado mucho en este aspecto. Expresado de otra manera, el hecho de “tener que” (lo que sea) y sobre todo si es “ser paciente” quiero que sea para Algo muy concreto y que valga mucho la pena, en caso contrario…Sigo cambiando de objetivo y puede que sea ésta precisamente la finalidad: pensar en más opciones.

Si la cuestión es que no sé exactamente a qué estoy esperando y cuánto tiempo voy a tener que hacerlo…Pueeeessss…No me gusta vivir con esta incertidumbre, me crea ansiedad.

La sensación es como si viniera volando una lanza directa hacia mi corazón, el cual empieza a reaccionar latiendo con virulencia frente a esa amenaza. Desconcentración. Pérdida de Visión y Misión. Desmotivación

Ahora bien, lo que sí sé hacer es preguntarme de dónde viene y adónde me lleva esa sensación y en la respuesta encuentro la valoración sobre si me merece la pena, si me acerca al bienestar y si participa en algo en el de la sociedad. En este momento cambia de nombre, lo llamo Perseverancia.

Ahora sí siento que he avanzado. En algunos momentos me permito tener paciencia y mientras tanto disfruto de otras cosas, de otros propósitos con perseverancia. De esta manera sigo en mi línea y además aporto más competencia a mis acciones. Valoro los pequeños logros diarios. Aunque no sea un objetivo final completo, me acerco.

Si la impaciencia me envía un reclamo es la advertencia de que algo no funciona como yo quiero, de que me estoy equivocando en el fondo y no tanto en la forma. Me pregunto entonces qué es lo que siento. Y tomo una decisión. Es el momento de cambiar de rumbo.

Para resumir te diré que he conseguido: Tener Paciencia-para Perseverar (que no esperar)-durante el tiempo que yo estipule-para provocar que suceda lo que yo quiero, y en el camino voy descartando lo que no está en mis manos y disfrutando de lo que sí. Como deshojando margaritas…Esto sí…Esto no…Ya sabes.

Puedes tener paciencia eternamente, ahora: ¿A dónde te lleva a ti?

domingo, 1 de agosto de 2010

Feliz Naturalidad

Si tengo que caer mal, que sea por cómo soy y no por lo que simulo ser.

Creo que es un esfuerzo innecesario que además me haría transmitir poca entereza, incluso podría llegar a pecar de falta de humildad por intentar ser quien no soy.

Además, como no es natural, descolocaría al “adversario” con quien estaría fingiendo un estatus; el Otro podría pensar que hay algo que no encaja. O sea, caería mal de todos modos; lo dicho, un esfuerzo innecesario.

Para más inri, cuando estás ocupado en caer bien, estás desocupado en escuchar y atender a tus relaciones, estás ensimismado. En mi opinión, se puede confundir con egocentrismo.

Fingir, disimular, ocultar, implica un desgaste de energía aplicado a una situación que, misteriosamente, ni siquiera te apetece estar viviendo.

Por lo tanto prefiero investigar-me para tomar consciencia de que soy quien soy porque quiero, porque me aporta. Porque de esta manera puedo contribuir a que la otra Persona tenga más facilidad para ser honesta conmigo y consigo misma.

En lugar de interpretar un papel que, por otro lado, tendrías que aprenderte bien para poder repetirlo igual. En lugar de interpretar, decía, podrías cuestionarte si quieres vivir desde el interior la película que te corresponde por ser quien eres. Acéptate y quiérete muy mucho, que una vez aceptado el “mal”, es más fácil cambiarlo si lo consideras necesario.

Podrías empezar cambiando el vocabulario que usas en las situaciones en las que no te ves capaz de seguir adelante. Aceptando tu responsabilidad en lugar de culpar a los o a las demás, a lo injusta que es la vida o a tu infancia. Cambiar tu comportamiento en determinadas circunstancias o tu forma de ser con ciertas personas. Puedes, si quieres, cortar la maleza y construir tu propio camino. No es estrictamente necesario seguir la ruta estipulada. Averigua si estás llegando a donde quieres ir o, por el contrario, caminas sin cuestionar las indicaciones.

Si eso te hace feliz, adelante. Si no, sabe que puedes cambiar, generar o recrear comportamientos y conductas para conseguir tu objetivo. Tienes esa capacidad, ¿qué le vamos a hacer?

Integridad. Creo que todos y todas la tenemos, hace falta saber dónde la escondemos.

¿Prefieres seguir viviendo la vida de los demás o te apetece investigar-te?

viernes, 16 de julio de 2010

Silencio

¿Alguna vez has querido transmitir algo y, después de oír la respuesta, te has visto en la obligación de decir: “Eso no es lo que yo quería decir”? El otro diría, posiblemente: “Eso es exactamente lo que has dicho”. Y también, posiblemente, tenga razón desde su punto de vista.

Tus palabras habrán dicho. Tus gestos, tu postura, tu respiración, tu intención…Todo eso también habrá hablado. La precisión con que lo hagas, desde el tono de voz que utilices pasando por el momento, tu posición espacial, tu postura corporal, influirá en la percepción de quien te escucha.

El o la oyente será capaz de retransmitir tus palabras “literalmente” como si tuviera una grabadora. Pero el mensaje habrá cambiado según su interés y percepción. Dependerá de cómo se aplique a sí mismo o a sí misma todo lo mencionado; al corearlo cambiará, al menos en parte, el contexto inicial. Incluido el momento, ya no es el mismo.

Tampoco tú intentes repetirlo…No sale igual, y además, la primera impresión ya está hirviendo.

Por lo tanto, el sentimiento puede haberse acrecentado o menguado y puede haberse añadido la frustración o la tristeza o tener cualquier otro significado. Ya no es lo que en principio era. De hecho, lo que era ya no importa, ahora es una competición. ¿Quién es el culpable? ¿Quién tiene razón? ¿Quién gana? …¡Pufff, qué complicado!, ¿No?

Una discusión que nada tiene que ver con el mensaje inicial. Visto desde fuera parece hasta gracioso.

Podrías revisar tu intención. Quizás tu proyecto era convencer al Otro o a la Otra con lo que ibas a decir, persuadirle. Una especie de manipulación que se percibe de manera Verbal y No Verbal.

Esa Persona puede haberlo captado como una amenaza y ha manifestado una actitud de defensa para proteger su integridad. Y podríamos seguir aumentando ese nivel de desconfianza si entráramos a evaluar el grado de enfado que cada uno va adquiriendo con la consiguiente e ingeniosa maniobra “tête à tête” que convierte la conversación en algo aparentemente inútil: “Ojalá no hubiera abierto la boca”. Lapidario. Fin de la transmisión.

[...] Efectivo significa que da resultado […]

¿Cómo sabes si la comunicación ha sido efectiva? En el resultado obtenido. ¿Es el que esperabas?