lunes, 8 de febrero de 2016

Los Extremos

     
 "La Virtud es una disposición voluntaria adquirida
que consiste en un término medio entre dos extremos malos
el Uno por exceso y el Otro por defecto".
Aristóteles

         
La historia de tu vida tiene unos matices que se han ido forjando junto a la idea de vida de tus progenitores y los de ellos mismos, en el colegio, con los vecinos, amigos, ídolos, familiares cercanos o más lejanos y con el resto de la humanidad. Y la has ido conformando y confirmando con relaciones de pareja, amigos, compañeros de trabajo, trabajos en sí. Todo ello te ha puesto en concordancia con tu bagaje y peregrinar para estar en sintonía contigo mismo, en equilibrio con la sociedad.

Heredas creencias culturales (ideología, educación…) sobre lo que “hay que hacer”, “lo se debería hacer”, “ser alguien en la vida”... El entorno te marca las pautas y las vas integrando en tu comportamiento.

De repente te llenas de inquietud y de ganas de conseguir algo; entonces salen a flote una serie de limitaciones y necesidades que deciden por ti si eres o no capaz de aprenderlas y utilizarlas (o aprender a utilizarlas). Cuando no avanzas, y de repente te quieres creer que no eres capaz, que no has nacido para esto”, etc. Moldeas una forma de ser y de estar que entra en conflicto con lo que verdaderamente quieres hacer, decir…Diría que incluso pensar.

Sientes que tu corazón te empuja pero algo te para.

Parece que hay un desequilibrio entre lo que quieres VIVIR, RESPIRAR y  lo que verdaderamente sucede.

…Cuando necesitas un cambio - te aburres - no te sientes realizado - te sientes mal y no sabes el porqué -  te sientes mal y sabes por qué pero no sabes cómo solucionarlo - te crees capaz pero no arrancas – no te crees capaz y te preguntas por qué otros sí - piensas que eres demasiado mayor para según qué cosas -  no te valoras - sientes que no te valoran - no te llevas bien con alguien - tienes una actitud que no te gusta – sientes una pena…

Si la inercia te lleva a hacer las mismas cosas de la misma manera, y obtienes siempre es el mismo resultado... ¿Será que es el momento de cambiar algo (el medio, el sistema, el contexto, el lugar, las personas que te rodean…)? Uffffff…Pero….

¿Y si sólo tuvieras que cambiar tu forma de pensar acerca de todo esto?

De nuevo, recordando una frase de una Personita Especial y muy querida: “no se trata de una transformación del ser”. Más bien de hacer fracciones tan pequeñas como para que tú mismo sientas el poder de desafiarlo, atajarlo con eficiencia, y encima ser feliz con ello.

Los miedos y creencias que tengas en relación a tus capacidades te predisponen a la acción o te bloquean; mientras que, la confianza* que tengas en la realización o consecución y la aventura* de vivirla y de sentir satisfacción por cada paso te invitan a la acción.

¡Hasta aquí estamos hablando de ACCIÓN, no de la meta completa! ¿No lo percibes más sencillo?

Lo que sientes ahora en relación a estas aspiraciones te da el pistoletazo de salida y te dirige hacia un objetivo o te ata al punto de partida.

[...] Se hace Camino al andar [...]