...Y yo estoy aquí, tumbada sobre la Arena fresca en esta noche de verano. Contemplo los rayos de Luna incidiendo sobre la Masa de Agua Negra de mi preciado Mediterráneo. De Él emana una sensación de Calma y Serenidad que envuelve las inquietudes de mi juicio. Y los Sosiegos. ¿Quién adjudicó perversidad al color negro?
Es Alucinante. No en vano se le llama La Isla de la Calma.
A pocos metros, un barullo del gentío abarrotado en los bares de la carretera, se confunde con el perenne eco de la corriente que empuja el mar contra la orilla en la que me encuentro. Al fin prevalece este sonido. Paz.
En mi mente, Ángeles y Demonios bailan al ritmo de la misma canción. ¿Por qué no? A mí me pasan estas cosas. Soy consciente de que este momento no volverá. Hace tan sólo unas horas el mar era azul; quien lanzaba sus rayos era el Sol; y lo que ahora es una danza un tanto arrítmica entre el Bien y el Mal eran hechos acontecidos en uno de estos días. No importa cuándo, ¿ayer?, ¿anteayer?, ¿el año pasado?... Pasado. Ya está.
¿Y ahora?
…Ahora me embelesan el abrazo de la brisa nocturna mallorquina y la caricia de la arena fina de esta playa. Al mismo tiempo que la marea sube amenazante y dulce, mi piel responde con un “quiero más” y se adentra en mi cuerpo un escalofrío de placer. Permito que esta pequeña onda llegue hasta mi nuca…
…Indescriptible.
Siéntelo alguna vez. Cuando tú quieras. ¿Es que no lo ves? Son Grandes Cosas que a veces denominamos “pequeños detalles”. ¡Craso error! La Naturaleza no es un detalle, es Fascinante. Si optas por disfrutarla se hará Grande ante ti y Tú crecerás con ella. Formas parte del Todo. Las “cosas” son como son. Y Tú…Tú puedes elegir ver el mar azul o verlo negro… ¡O las dos cosas!
Si hay algo que puedas cambiar, hazlo. Si no, acéptalo tal cual, Naturalmente.