domingo, 29 de marzo de 2015

Una Historia que contar


Detrás de esa mirada hay una Vida.

Recuerdo aquella anciana con especial cariño. Nos veía en su portal cada día y, en lugar de gruñir como gruñen las gruñonas, nos abría la puerta de su casa y la de su corazón.

Tres niñas rebeldes (pero sólo un poco) que recibían lecciones apasionantes a la vez que intentaban esconder sus risas tras los dientes y disimular las miradas de complicidad. (Seguro, seguro que no se daba cuenta).

A pesar de eso, todos los días, a las seis de la tarde, abría su puerta para dejarnos pasar.

Una carta que queríamos guardar las 3, y no sabíamos cuál era la mejor opción para poder abrirla unos años más tarde (50, tal vez) pues ya sabíamos que la entenderíamos mejor.  

Hablaba de Amor (con mayúsculas), es lo que recuerdo...Estaba escrita con una letra muy bonita,  bien estructurada y con una firma que me llamó la atención. No creáis que era un papel blanco cualquiera, ni folio, ni hoja...nada de eso; era un "papel para escribir cartas", color beig, bastante grueso, rugoso y dentro de un sobre con características similares. Con Clase (también en mayúsculas), como Ella. 

Debía ser lo que llamábamos "Una Señora de arriba a abajo" (Madò Lluna, para nosotras).

Ahora entiendo que esa Gran Mujer de arrugas profundas plantó una semilla en nuestros corazones.

¿Te has planteado qué quieres legar? ¿Cómo quieres que te recuerden?

Millones de gracias a todas las Personas que han pasado por aquí y, en especial, a Ésas que caminan por donde no caminan las demás, abriendo caminos, imprimiendo su huella; Ésas que nos hacen Sentir

Millones de gracias, Madò Lluna, esté donde esté.