Detrás de esa mirada hay una Vida.
Recuerdo aquella anciana con especial cariño. Nos veía en su
portal cada día y, en lugar de gruñir como gruñen las gruñonas, nos abría la
puerta de su casa y la de su corazón.
Tres niñas rebeldes (pero sólo un poco) que recibían lecciones
apasionantes a la vez que intentaban esconder sus risas tras los dientes y
disimular las miradas de complicidad. (Seguro, seguro que no se daba cuenta).
A pesar de eso, todos los días, a las seis de la tarde, abría su
puerta para dejarnos pasar.
Una carta que queríamos guardar las 3, y no sabíamos cuál era la
mejor opción para poder abrirla unos años más tarde (50, tal vez) pues ya
sabíamos que la entenderíamos mejor.
Hablaba de Amor (con mayúsculas), es lo que recuerdo...Estaba
escrita con una letra muy bonita, bien
estructurada y con una firma que me llamó la atención. No creáis que era un
papel blanco cualquiera, ni folio, ni hoja...nada de eso; era un "papel para escribir cartas", color
beig, bastante grueso, rugoso y dentro de un sobre con características
similares. Con Clase (también en mayúsculas), como Ella.
Debía ser lo que llamábamos "Una Señora de arriba a
abajo" (Madò Lluna, para nosotras).
Ahora entiendo que esa Gran Mujer de arrugas profundas plantó una
semilla en nuestros corazones.
¿Te has planteado qué quieres legar? ¿Cómo quieres que te
recuerden?
Millones de gracias a todas las Personas que han pasado por aquí
y, en especial, a Ésas que caminan por donde no caminan las demás, abriendo
caminos, imprimiendo su huella; Ésas que nos hacen Sentir
Millones de gracias, Madò Lluna, esté donde esté.