El Amor se eleva con la brisa, hilos de luz
blanca sobre las auras como la aurora boreal sobre la Antártida. Corazón cálido
con alas de Ángel. Un aroma dulce y delicado sacia tu piel de caricias castas y
puras como la intención que te lleva de la mano…siempre. El tiempo se detiene
ante tan frágil y emocionante coincidencia. Una alarma anaranjada te funde con el
atardecer. Calma vívida y visible en tus gestos y en tu caminar. Huellas suaves
para disfrutar del susurro que te traen las hojas de los árboles y convierten el
ritmo de tu cuerpo en su compás. Una unión, una danza contagiosa para quien
quiera bailar ahora. No volverá. Guárdalo en tus recuerdos en saquitos dulces
de algodón ligero y transportable para cuando quieras repetir.
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